Si hay algo que nos demuestran las tartas crudiveganas es que se puede comer dulce, bonito y sano al tiempo. Solo necesitarás nueve ingredientes para elaborar esta tarta libre de lácteos, azúcar y gluten.

Pero, antes de ponerte manos a la obra hay algunas cosas que necesitas saber para clavar esta receta…

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Sobre el aceite de coco

Para comenzar, utilizaremos aceite de coco en la elaboración. El aceite de coco que utilicemos debe ser de primera presión en frío y ecológico. De esta forma nos aseguramos de que sus propiedades nutricionales se mantienen intactas y no han sufrido variaciones debido a procesamiento químico o altas temperaturas. El aceite de coco se obtiene de la presión de la pulpa blanca del fruto del cocotero, a baja temperatura.

Es un aceite bastante calórico (1 cucharada aporta 100 kcal) y rico en grasas saturadas de cadena media, es concreto, ácido laúrico. El ácido laúrico ni sube los niveles de colesterol ni perjudica la salud cardiovascular y además tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas gracias a sus compuestos antioxidantes.

El aceite de coco cuenta con un metabolismo especial ya que una vez digeridas, estas grasas pasan a la sangre, llegan a los tejidos y se transforman en energía, las células las utilizan sin que se almacenen en forma de grasa. El aceite de coco nos hace sentir más activos mentalmente y estimula la termogénesis, por lo que muchos autores defienden que el aceite de coco puede ser útil en dietas de adelgazamiento. Además es rico en vitamina E y vitamina K.

Todas estas propiedades nutricionales lo convierten en una grasa ideal para incluir en nuestros postres. Además cuenta con una cualidad que lo hace especialmente útil, y es que cuando se enfría se queda en estado sólido y cuando está a temperatura ambiente se vuelve líquido. Esto nos sirve para conseguir que nuestra tarta quede con la consistencia sólida que deseamos.

Para que esta característica no suponga una desventaja, es muy importante que el aceite de coco que utilicemos esté en estado líquido. Para ello podemos acercarlo a una fuente de calor, como puede ser una ventana al sol o un radiador. También podemos calentarlo en el microondas, pero mejor si conseguimos que quede líquido de una manera más natural. Además tenemos que asegurarnos de que el resto de ingredientes que vayamos a utilizar se encuentren a temperatura ambiente, ya que sino podrían hacer que el aceite de coco se solidificase en plena mezcla y esto no nos interesa.


Activación de frutos secos

frutos-secosPara esta receta necesitamos activar las almendras que vamos a utilizar. El proceso de activación es muy sencillo, solo hay que poner a remojo los frutos secos en agua filtrada durante un periodo de tiempo (las almendras necesitan entre 8 y 12 horas). Con este proceso conseguimos que las semillas se liberen de los tóxicos naturales que contienen, como el ácido fítico y los taninos. De esta forma se neutralizan los inhibidores enzimáticos y se activan los procesos enzimáticos. También es una forma de hacer que los frutos secos se digieran con más facilidad y que podamos absorber mejor sus proteínas.


Dátiles y anacardos a remojo

Es muy difícil encontrar crudos los anacardos, así que no necesitan ser activados pero, para esta receta los pondremos a remojo al menos 2 horas para conseguir una consistencia más cremosa a la hora de batirlos. Lo mismo sucede con los dátiles, los pondremos a remojo durante la noche para reblandecerlos y poder procesarlos mejor.


Planificación para elaborar la tarta

Te recomiendo que te planifiques para elaborar esta tarta porque algunos pasos requieren de horas para llevarse a cabo. Pero no te preocupes, es tiempo en el que tenemos que dejar remojar los frutos secos y dátiles o enfriar la tarta, por lo que mientras puedes hacer cualquier otra cosa.

Para disfrutar del proceso, los preparativos deben comenzar dos días antes del día en que quieres consumir la tarta.

Primer día: poner a remojo las almendras, los anacardos y los dátiles durante la noche.

Segundo día: elaboración de la tarta y enfriado en el congelador (al menos 4 horas).

Tercer día: ya puedes disfrutar de la tarta, solo recuerda sacarla a la nevera 1 hora antes para que esté más cremosa.

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Ingredientes


Para la base

  • 1 taza de almendras (remojadas previamente, ver Activación de frutos secos)
  • 6-8 dátiles (previamente ablandados en agua)
  • 1 cucharada de aceite de coco líquido
  • 1 cucharada de sirope de ágave
  • 1 melocotón en rodajas

Para el relleno inferior

  • 1 taza y media de anacardos (remojados previamente, ver Activación de frutos secos)
  • 2 melocotones
  • 6 cucharadas de zumo de limón
  • 6 cucharadas de sirope de ágave
  • 5 cucharadas de aceite de coco líquido
  • 1 poco de vainilla rallada (o una cucharilla de extracto de vainilla)
  • una pizca de sal

Para el relleno superior

  • 1 melocotón
  • 2 cucharadas del relleno inferior
  • 1 taza de arándanos
  • 1 cucharada de zumo de limón

Preparación

  • Ponemos en el procesador de alimentos los ingredientes de la base hasta que nos quede una masa algo pegajosa. Extendemos la masa por la base del molde y las paredes (hasta un poco menos de la mitad). Añadimos las rodajas de melocotón sobre la base que hemos formado. Reservamos en la nevera.
  • Batimos los ingredientes del relleno inferior hasta que quede cremoso y sin grumos. Añadimos la mezcla al molde y volvemos a reservar en la nevera.
  • Dejando en la batidora un par de cucharadas del relleno inferior, añadimos el resto de ingredientes y batimos hasta que todo quede bien incorporado. Añadimos la mezcla del relleno superior al molde y decoramos al gusto. En este caso, yo he utilizado arándanos.

Dejamos enfriar en el congelador al menos 4 horas y sacamos a la nevera la tarta 1 hora antes de consumirla.

Como veis, realmente sencilla de elaborar, solo hay que tener dedicación y mimo para un resultado increíble. 

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