Guarda bien a mano esta receta si te gusta la pizza, porque es una forma sencilla de preparar una versión rápida, saludable y libre de gluten, a base de harina de garbanzos. Una pizza especialmente proteica, llena de nutrientes y perfecta para servir junto a una buena ensalada de tomate.
Para acompañarla vamos a preparar un queso ricotta de almendras, sencillo y delicioso, y una vinagreta balsámica que aportará jugosidad y un extra de sabor. Puedes añadir los ingredientes que elijas por encima de la pizza, en este caso he optado por disfrutar de la sencillez de una cebolla horneada pero admite cualquier tipo de verduras: setas, tomate, calabacín…
Ingredientes
- Para la base de la pizza:
- 1 Taza de harina de garbanzos
- una pizca de sal
- 1 cucharadita de levadura
- 2 cucharadas de espinacas en polvo (o un puñado de espinacas frescas)
- 1 Taza de agua
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- 1 cucharada de levadura nutricional
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 cebolla
- Para la ricotta de almendras:
- 2 tazas de almendras crudas y peladas (remojadas 8 horas)
- zumo de medio limón
- 1 cucharadita de Shiro Miso (miso blanco)
- 1/2 taza de bebida de almendras
- sal al gusto
- Para la vinagreta balsámica:
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de vinagre balsámico
- sal y pimienta al gusto
Instrucciones
- En un cuenco grande mezclamos todos los ingredientes secos para la base de la pizza: la harina de garbanzos, la levadura, la sal, el ajo en polvo, la levadura nutricional y las espinacas en polvo.
- Si vas a usar espinacas frescas, tendrás que batirlas con la taza de agua y añadirlas a los ingredientes húmedos.
- Añadimos a la mezcla el agua y el aceite y mezclamos muy bien con ayuda de unas varillas. Buscamos una consistencia algo más densa que la de la masa de las tortitas, así que añadimos un poco más de agua si vemos que queda muy denso.
- Dejamos reposar la masa 15 minutos.
- Mientras tanto partimos la cebolla en juliana y reservamos. La utilizaremos por encima de la masa de pizza.
- También aprovechamos para preparar el queso ricotta de almendras, triturando en un procesador de alimentos todos los ingredientes. No sobre trituramos ya que buscamos una textura granulosa.
- Podemos también preparar la vinagreta y reservar hasta el momento de servir.
- Pasado el reposo, añadimos la masa a una sartén apta para horno, bien engrasada, o a un molde circular forrado con papel de horno. Colocamos la cebolla por encima y horneamos a 180ºC entre 10-15 minutos, hasta que quede un pelín dorada por arriba.
- Una vez hecha, servimos con hojas frescas de espinacas baby o rúcula, el queso ricotta de almendras y la vinagreta balsámica.
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