Como propósito para este nuevo año me he propuesto planificar mi menú semanal. El principal motivo por el que lo quiero hacer es para despejar mi mente de esa «preocupación» y no pensar durante la semana qué voy a preparar para cenar esa noche y para llevarme al trabajo en un tupper al día siguiente. No sé tú, pero yo tengo un carácter bastante perfeccionista y controlador y me preocupo de más, con todo. En realidad el propósito de planificar mi menú semanal está dentro de un propósito mayor que es: Preocuparme menos. Para preocuparme menos he decidido pasar a la acción y la planificación es una forma de ocuparse en vez de preocuparse, que es el gran objetivo final. Con este método, le dedico 20 minutos del sábado o del domingo a sentarme en la mesa y pensar 100% qué voy a comer durante esa semana y qué compra necesito hacer para poder preparar los platos que he planificado. Así mi mente no está pensando ni en el metro ni en la clase de yoga qué es lo que voy a comer o cenar porque ya se lo he adelantado, lo tengo escrito. 

La única pega que se puede encontrar en todo esto es que el día que toquen Lentejas al curry no os apetezcan ni un poco (a mi de momento no me ha pasado…). Si te ocurre plantéate porqué no te apetece. Es una realidad que comer puede suponer un momento de gran placer, nadie duda eso, pero cuando planificamos dejamos de lado por un momento los caprichos en favor de la alimentación equilibrada. Hay que desvincular por completo las emociones del proceso de la alimentación. No comemos para recompensar nada, no comemos como premio personal después de un duro día de trabajo ni como forma de socializar. El pensamiento de «me lo merezco» no tiene cabida en este planteamiento. Eso lo dejaremos para el fin de semana (o algún momento de la semana que elijamos), por ejemplo, donde podemos escuchar más nuestros deseos (en su versión saludable) y concedérnoslos. Pero no puede ser una pauta del día a día. La comida no recompensa nada. Cuando quitamos ese protagonismo sobre nuestras emociones a la comida, la comida cada vez nos llama menos y te resultará igual de placentero comer unas buenas lentejas y un kiwi de postre, que atiborrarnos de dulces y chocolates a la salida del trabajo. 

Planificar un menú va a llevarnos, en general, a comer más equilibradamente durante la semana. Nos permite distribuir correctamente los macronutrientes y asegurarnos que cada día consumimos las raciones apropiadas de cada uno de ellos. Es una toma de control de nuestra alimentación y, por ello, nos empodera, reafirma nuestras decisiones y nos hace fuertes. Al cumplirlo sentimos satisfacción y gusto porque, no es una dieta, es la forma que hemos elegido libremente de nutrirnos. Di adiós a las dietas milagro y ponte manos a la obra, imprime tu plantilla y planifica tu alimentación y la de los tuyos. Sentir que somos capaces de decidir qué vamos a comer es el paso fundamental para un cambio de hábitos real, con cimientos. 


Ventajas y realidades que nos aporta la planificación semanal del menú:

  • Nos reafirma y empodera en nuestra decisión de tomar el control sobre nuestra alimentación.
  • Nos evita la preocupación/ansiedad de no saber qué vamos a comer en las próximas comidas. 
  • Nos permite asegurar las raciones apropiadas y diarias de proteínas, hidratos de carbono y fibra (legumbres, cereales, derivados de la soja, tubérculos y, en caso de consumirlos, huevos), de vitaminas y minerales (frutas, verduras, hortalizas y hojas verdes), y grasas saludables (frutos secos, aguacate, semillas de lino o de chía) para llevar una dieta lo más saludable y equilibrada posible. 
  • Nos permite planificar la compra semanal en función de las necesidades reales que hay para preparar los platos. Gracias a ello ahorramos dinero y no tiramos comida. 
  • Nos permite pensar un menú en función de productos de temporada y darles protagonismo, lo que ayudará a reducir aún más los costes de la compra.
  • Nos permite organizarnos para cocinar algunos platos de más y utilizar las «sobras» para otros platos de esa misma semana o incluso congelarlo en tuppers para la próxima semana. De hecho, tomar la costumbre de cocinar ciertos platos como purés, legumbres o hamburguesas en cantidad de sobra nos permite ir construyendo una despensa saludable en nuestro congelador que nos proporcionará en los momentos que tengamos menos tiempo comidas riquísimas y saludables.

Para que puedas poner en práctica esta técnica de planificación, aquí te dejo la plantilla de Menú Semanal para que la imprimas y la rellenes. Es el primer paso para comenzar a disfrutar de todas las ventajas que tiene que planifiques tu menú. 

 

Menú semanal

Estate atento si quieres aprender cómo planificar el Menú Semanal ya que escribiré muy pronto un nuevo post con todo lo que necesitas saber para que tu menú sea equilibrado. 


¿Necesitas ideas? Visita las secciones #greenmornings, #greentuppers y #greendinners, donde encontrarás platos veganos fáciles y sencillos para el día a día.
O visita la Índice de recetas saludables del blog 😉

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