Llevamos escuchando toda la vida que el desayuno es la comida más importante del día y ese es tan solo uno de los mitos lo rodean. Desayunar es tan importante como cualquier otra de las comidas que realizamos a lo largo del día y la combinación lácteo + cereales + fruta está pasada de moda. ¡Hay muchas más opciones! Por eso hoy quiero contarte todo lo que necesitas saber para que tu desayuno sea saludable y delicioso.
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Elige alimentos nutritivos para tu desayuno
Lo importante no es la cantidad de calorías que consumimos, sino la calidad de estas. Nuestro cuerpo no reacciona de la misma manera a 100 calorías de un donuts o a 100 calorías de un plátano. Por eso mi primer consejo es que elijas alimentos ricos en nutrientes para empezar el día. La fruta es una buena opción, rica en vitaminas y enzimas además de muy nutritiva. Mejor si la tomamos entera o en batidos, ya que los zumos son altos en azúcar y no tienen la fibra que nos ayuda a asimilarla de forma gradual. Los alimentos ricos en grasas saludables como el aguacate, los frutos secos o las semillas son otra excelente opción, porque nos aportan energía, son saciantes y antiinflamatorios. Y si lo tuyo son los cereales elígelos siempre integrales para beneficiarte de todos sus nutrientes y evitar un pico de glucosa.
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Evita los alimentos procesados
Una forma sencilla de distinguir qué alimentos son procesados es leer su etiqueta. Si tiene más de 5 ingredientes o alguno que nuestra abuela no conocería, se trata de un procesado. Son alimentos elaborados de forma industrial, muy densos calóricamente y de poca calidad nutricional. Suelen tener harinas refinadas y grasas hidrogenadas además de conservantes y aditivos. Son perjudiciales para nuestra salud cardiovascular y su consumo aumenta el riesgo de diabetes. Evita la bollería, los panes procesados de molde, los cereales azucarados, las barritas energéticas… ¡O aprende a preparar sus alternativas caseras y saludables!!
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¿Dulce o salado?
El desayuno no tiene porque ser necesariamente dulce, una buena tostada de pan integral con un poco de tomate y aguacate es una alternativa nutritiva y muy saciante. Escucha a tu cuerpo y dale lo que te pide. Podemos desayunar cualquier cosa siempre que sea comida real. Una buena ensalada de quinoa, una hamburguesa vegetal de la cena de anoche o un trozo de tortilla, ¿por qué no?
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¿Y si no me apetece desayunar?
No te fuerces si algún día no te apetece desayunar o si prefieres hacerlo más tarde. No pasa nada por comenzar el día alargando el ayuno nocturno, que es un ayuno natural de nuestro cuerpo. Así dejamos espacio y energía para que nuestro organismo se encargue de otros procesos. Si quieres saber más sobre el ayuno intermitente, haz click aquí.
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Sé creativo
¡No más rutinas! Haz de tu desayuno cada día una fiesta.