Quien me conoce sabe que soy una loca de la kale, o col rizada o berza, como la queremos llamar. Mucha gente no lo entiende y me dice que la kale no le acaba de gustar, que le resulta dura de comer, demasiado intensa y amarga. Hay un pequeño secreto para hacernos más amigos de esta hoja verde: el masajeado. Tal y como suena. No podemos olvidar que la kale es en realidad de la familia de las coles o crucíferas. ¡Por eso resulta tan interesante a nivel nutricional! Es muy rica en hierro, en calcio y en vitamina K y créeme la quieres en tu alimentación diaria para hacerla más completa y saludable.
¿Cómo hacer el masajeado de la kale?
Con esta técnica (que es aplicable a todas las coles) conseguimos romper sus fibras y por osmosis celular soltará sus jugos. Reducirá mucho su volumen, será más agradable y suave al paladar. Es un paso que merece mucho la pena porque es muy sencillo y transforma por completo la kale. Para masajearla añadimos las hojas a un cuenco grande, descartamos los tallos más gordos (que podemos reservar para utilizar en un puré o batido verde…) y añadimos una pizca de sal. También puedes añadir un chorrito de zumo de limón o de vinagre de manzana para acelerar el proceso. Entonces comenzamos a masajearla con fuerza, apretando las hojas, unos 10 minutos, hasta que veas que la kale queda de un color más oscuro y brillante, que ha reducido considerablemente su volumen y está más suave.
En esta receta la combino con también con hojas de menta, que le dan un toque por completo diferente, muy aromático y sorprendente. Sus propiedades digestivas nos ayuda a digerir las grasas y las legumbres, a evitar los gases y es ligeramente estimulante. ¿Te atreves a añadir menta a tus ensaladas?
Ingredientes
- 2 tazas de quinoa roja cocida
- 2 puñados grandes de kale (que masajearemos)
- 1 puñado de menta
- 1 puñado de cebollino
- 2 tazas de fresas laminadas
- aceite de oliva virgen extra (al gusto)
- vinagre de manzana o zumo de limón (al gusto)
- sal (al gusto)
Instrucciones
- Masajeamos la kale y reservamos.
- Laminamos las fresas y picamos la menta y el cebollino.
- En un cuenco grande mezclamos todos los ingredientes.
- Aliñamos con vinagre de manzana o zumo de limón, sal y AOVE al gusto.
Notas:
Enjuaga la quinoa antes de cocerla para eliminar la saponina. Un antinutriente que la puede hacer algo amarga.